Grey Thoughts

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Coma

It is a story that tells how to return from death ruined my life.

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Desperté al fin, un raro frío en los huesos me obligó a abrir los ojos de golpe, alrededor todo era de rojo a gris, algo me limitaba el cuello, así que recorrí mis alrededores con la mirada, yacía involuntariamente inerte en horizontal, recostado en lo que parecía ser una cama de quirófano avanzado, apenas cabía en la habitación de dos por tres metros que la albergaba, una pequeña ventana o rendija a la derecha cerca del no muy alto techo, iluminaba en gris parcialmente esas raras máquinas parpadeantes, llenas de focos de colores, estaban conectadas a mi cuerpo con mangueras, tubos y cables, metales rígidos nacían en diferentes partes de mi cuerpo inmovilizandolo, sorprendentemente había mareo en lugar de dolor, sedantes inundando mi sangre eran más que evidentes, seguro había tomado los mismos en algún rave en el pasado, el efecto me resultaba familiar.

Todo tan sombrío y desesperante, decidí interrumpir ese aislamiento forzado arrancando cada extraño objeto que germinaba de mi cuerpo para intentar salir corriendo de la reclusión, ruidosas alarmas brotaron de las máquinas a mi alrededor a la par de la sangre y fluidos a borbotones desde mi cuerpo, salpicando de rojo el tenso ambiente, que a primera impresión de mi entendimiento y gracias al haber crecido mirando a hollywood y a nickelodeon, habría podido jurar que se trataba de una aparente abducción extraterrestre.

En medio de la confusión, una luz iluminó la penumbra entre fluidos de todos colores provenientes de mi cuerpo en todas direcciones, se había abierto una puerta al fondo, al frente del diminuto cuarto, para dejar entrever una joven cara sorprendida por la rendija, no parecía tener más de veinte años, mucho menos respuesta alguna, su llana boca desconcertada le llegaba al pecho, el atónito admirador del desastre, literalmente no podía pronunciar una sola palabra, estaba estupefacto, el mutismo de su expresión, me llevó a romper el hielo gritando preguntas para intentar conseguir respuestas acerca de mi condición, que se tornaba cada vez más evidente con la suma de la nueva claridad originada por la puerta abierta, que a la par de mis interrogantes se saturaba de pasmados jóvenes en bata blanca, uno formándose tras el otro con cara de terror tras la puerta, que coreaban ante mi desesperación no ser capaces y no estar autorizados para intercambiar palabra conmigo, haciendo cada momento aún más ininteligible

La firme y joven niña que contrastaba su bata blanca usando una camiseta de pearl jam bajo de ella, poseedora de las más gélidas manos, tomó la iniciativa acercándose al dramático instante, sentándose sin pensarlo en la húmeda base de la flagrante cama bañada en ese organico carmín que parecía brotar de todos mis poros, tocó con sus heladas manos mi rodilla derecha libre de tornillos y mangueras, decidió que una caricia en ella sería la mejor manera de calmar mi excesiva ansiedad.

-Estás en buenas manos y todo va a estar bien, está en camino la persona que va a hablar contigo

Consiguió una pausa entre los gritos e incertidumbre, sus delgados dedos de hielo blanco habían logrado enfriarme, alcancé a leer en su inmaculada bata una leyenda bordada que se refería a una ciudad situada a mil trescientos kilómetros de casa, lo que ocasionó en mi ser aún más preguntas, que no habrían de ser respondidas, hasta que ese sereno hombre de pelo entrecano se abría paso entre la multitud adolescente con una carpeta en las manos, que presumía ser algún tipo de protocolo médico, que en lugar de calmar mis dudas provocó aún más.

-Mi nombre es Joaquín Rentería y el tuyo es Máximo Santana

-Yo se mi nombre cabrón, ¿Que está pasando aquí?, ¿En dónde estoy?

Respondió que era un comienzo positivo el que supiera mi propio nombre, mientras anotaba cada palabra en su carpeta, insistió en que me calmara y explicó las funciones de cada ruidoso aparato de la habitación a mi alrededor, para después pedirme sosiego, ya que habrían de conectarme a todos ellos de nuevo, según sus palabras, mi vida dependía de ello y era prioridad reinstalarlos.

Me quedé en silencio y pregunté por mi mujer, solo quería sentir su aliento, tocar sus manos y oler el cabello que crecía tras sus orejas, quería que me calmara el miedo con su presencia, Joaquín evadió cada pregunta y requerimiento para proseguir con su raro e inhumano protocolo psicológico.

Mi cuerpo estaba siendo alimentado artificialmente por la máquina de los focos azules, más de cuarenta tornillos o fijadores externos, mantenían gran parte de los huesos de mis extremidades en su lugar y forma, mi sangre estaba siendo oxigenada y procesada con ese aparato que no dejaba de hacer ruido junto a mi cabeza, conforme a su explicación, gran parte de mis heridas habían sido expuestas a un raro tipo de contaminación y por alguna razón médica confusa, necesitaba el artilugio para evitar complicar infecciones.

Al ser limpiado al mismo tiempo por un equipo temeroso de médicos aprendices y enfermeras, descubrí que no tenía una sola herida en el cuerpo, pero sí en su lugar cientos de cicatrices nuevas en todo el, tratar de asimilarlo me devolvió a la locura, no sin antes entender que ese no era el límite, por fin había viajado en el tiempo sin esperarlo.

Había estado en coma durante noventa y tres días, poco más de tres meses, de alguna manera estaba hospitalizado en la Ciudad de México, tenía el recuerdo aún fresco de la romántica fiesta caribeña de fin de año, y hoy el injusto calendario proclamaba mediados de Abril, era un total disparate.

Tantas dudas saturaron mi cabeza, dientes rotos dentro de mi boca comenzaron a lacerar mi lengua y mejillas a cada dolorosa palabra que despedía, mi atención estaba en un punto rojo de salpicadura de sangre en el muro, me sentía mareado y permanecí en silencio, eso era estar en shock, la piel se me erizó hasta el colapso emocional, mi dañada razón se puso a dormir de nuevo, todo en negro otra vez.

Tuve otro inesperado viaje flash en la máquina del tiempo, para ir dos días adelante en el futuro, esta vez estuve soñándola acariciándome todo el tiempo, tenía la esperanza de verla al despertar, ya había entendido la diferencia entre soñar despierto y las probabilidades que hay en la vida de hacer lo que uno quiere sin limitaciones, así que las capacidades maravillosas de los sueños ya eran incompatibles con mi entendimiento casual.

Nunca desperté tan fresco, las posibilidades infinitas de alguna manera calmaron mis ansias, mi espíritu estaba ahora inmerso en la inmensidad, sentí dolor como nunca antes, mis viejos padres dormían en la habitación, reposando sus canas en la blanca cama, aparentemente no se habían movido de su lugar en horas, una parte de su tormento terminó cuando me escucharon irónico entre sus sueños:

-¿Quién se murió o por que esas caras?

Despertaron para revelar emociones y actitudes que no conocía en ellos, ese viejo roble blanco, hasta ese día inalterable, no paraba de llorar y acariciar mi brazo izquierdo cuidando no rozar los tornillos que derivaban de entre mis huesos, preguntó tres veces seguidas, ¿como estás?, ni yo mismo sabía cómo estaba, así que no obtuvo su respuesta, al otro lado de la cama no estaba más mi madre, desapareció de la borrosa vista, yacía en el suelo víctima de su acelerado corazón y lenta circulación, siempre sufrió de desmayos según recordaba, era tan normal verla en el suelo así, yo mismo había provocado cien veces ese estado en ella con mi pésima actitud cuando adolescente, si había sido un mal hijo después de todo.

Diez médicos atendían a la mujer en el suelo pero no me despegaban la mirada de encima, parecía que habían visto un fantasma, al parecer no habían visto nadie volver de esa clase de muerte con tanta frescura.

¿En dónde está ella?, grité molesto, ¿Por que no está aquí?, no me cabía en la mente su ausencia, nos habíamos jurado amor eterno hace relativos días en año nuevo, ¿cuánto había de durar su eternidad?, me sentí abandonado y engañado, mi aún inflamado cerebro gritaba tonterías sin callarse un solo segundo, no era capaz de asimilar mis propias emociones.

-Después hablamos, tienes que calmarte ahora, dijo mi madre, me obligue durante días a aprender a respirar y estar tranquilo a pesar del dolor -¿En dónde está ella?, ¿Por qué no está aquí conmigo?, pregunté tranquilo y sereno días después, gritando en mis adentros directo a los ojos de mi madre esperando una respuesta coherente -Después hablamos, tienes que calmarte ahora-, allí empezó el odio la frustración y el resentimiento, forcé tanto la mandíbula de coraje que rompí otro de mis dientes, que carajos estaba pasando, ¿Por qué la hipocresía?, ¿Por qué ella no venía a verme?, ¿Que era más importante para ella?, ¿Qué día era hoy?, ¿Qué hace esa máquina nueva que acaban de conectar en mi cuerpo?...

No recibía las respuestas que exigía, así que planeé venganza y acumulé odio en silencio durante los próximos meses, no pronuncié una palabra con nadie que no usara una bata blanca y se presentara como psiquiatra, no sabía de día o noche, la soñaba despierto, sentía crecer mi cabello milímetro a milímetro, tomaba dolorosos baños de regadera sobre una oxidada silla de ruedas, me negué a ser aseado con una esponja y toallas sobre mi cama, no podía perder más dignidad, y quería conservar la que aún me quedaba, no pretendía socializar con los demás, devoré decenas de libros de Química, con el pasar de los discretos meses, los salvajes médicos aprendices, empezaron a extraer los tornillos y fijadores metálicos de mi cuerpo por bloques cada semana, sin anestesia y con herramientas indignas de un mecánico aprendiz, el dolor agudo era tan normal, que cada golpe o giro de los instrumentos solo me hacía levantar las cejas y generar reflejos nuevos, humillantes rehabilitaciones en silencio me pusieron casi en pie de nuevo.

Algunas veces, escapaba de mi reclusión al volver de las terapias, para reunirme con la directora del hospital, usando esa deshonrosa bata azul, “La mamá”, como muchos empleados le llamaban a sus espaldas, no era capaz de entender de qué manera burlaba a la seguridad del hospital para llegar a su oficina, admiraba mi ingenio y yo su acceso ilimitado, nos hicimos buenos amigos, me conseguía mejores drogas y yo escuchaba sus aburridos problemas maritales cuatro veces por semana, en veces subíamos a la azotea del hospital a tomar el sol, programó como urgentes cada una de mis cirugías, en la última de ellas el elevador del quirógrafo del sótano cedió y tuve que pasar la noche allí abajo, dijeron que era producto de la anestesia, pero nunca platiqué con personas más agradables como las que conocí allí, según los médicos, no había nadie conmigo, me dió igual, uno de sus supuestos fantasmas hasta contestó algunas de mis preguntas.

Quien sabe cual día, llegó mi padre abanderando una serena sonrisa a mi cubículo en el hospital, cargando una mochila y mi chamarra negra de piel entre sus brazos, -nos vamos, dijo. Una vez fuera, justo en la puerta del hospital, Airbnb, Uber, mi tarjeta de crédito y el teléfono móvil que la directora del hospital me había conseguido en secreto, me devolvían la independencia, no quería ser hipócrita y grosero con mis viejos, solo quería una sola respuesta que me había sido negada más de medio año y estaba listo para ir a conseguirla ¿En dónde estaba ella?, no respondía mis mensajes ni llamadas, su número había sido suspendido, mi pasaporte estaba en casa en el caribe y no podía ir a buscarla, menos en mi condición, estaba solo e inválido en la ciudad más grande y salvaje del mundo.

No había rastro en social media, sus hermanos solo leían mis mensajes ¿Que había hecho mal?

Ese puto día, ebrio sobre la silla de ruedas en esa sucia cantina de la colonia San Rafael, con la mirada fija en su mezcal favorito acomodado en la contra barra, como iluminado, recordé uno a uno, cada instante del accidente, no iba solo sobre la motocicleta ese día en Enero, esperábamos juntos la luz verde del semáforo en una solitaria carretera de Quintana Roo, México durante la noche, conversábamos con los ocupantes del auto de junto que también esperaban por el siga, ellos elogiaban el casco multicolor de mi pasajera, yo su bien cuidado impala gris, modelo ´64, todos percibimos una luz acercándose veloz por detrás, a nadie inmutó, ya que el semáforo estaba en rojo y teóricamente eso habría de mantenernos a salvo, irónicamente ese color fue el último que ví antes del impacto y al despertar, el inminente impacto fracturó mi cráneo aún con el casco puesto, me envió en ese instante a ese lugar hermoso, sin color, ruido ni cuerpo físico.

Ella murió en un hospital de su país minutos antes que yo volviera del coma, su familia la trasladó de alguna manera en sus pésimas condiciones, mis diecinueve fracturas no eran nada comparadas con sus menores lesiones, de recuperarse no podría caminar de nuevo y seguramente le preocupaba demasiado quién iba a cuidar de nuestras putas plantas y flores sobre la escalera, atravesó meses de intenso e inevitable dolor antes de darse por vencida, ni ella sabía que tenía ya dos meses de embarazo hasta el día del accidente, un aborto fue evidentemente inevitable, no dejaba de preguntarle a su guardia familiar entre lamentos sí había yo vuelto, antes de abandonar este plano, aseguró a los asistentes a su partida que me haría volver al irse, nunca falló a una sola promesa.

Su hermana mayor no pudo más con mi insistencia y me escupió cada doloroso detalle, cargándome de culpa a propósito al sentirse provocada y llenándome de dolor de verdad, lo que ya había atravesado en el hospital no era absolutamente nada.

Ahora las personas que encuentro en mi camino creen que tiene la libertad de contarme sus anécdotas trágicas, sus problemas, cuando mis evidentes lesiones externas les recuerdan sus días difíciles, los escucho solo por respeto, pero la verdad, es que todas ellas son y serán solamente tonterías.

No se puede vivir gratamente si no hay a quien agradecer, que habría de esperar de mí la vida, cuando ni la muerte me prefiere.

+ Translation

I woke up at last, a rare cold in the bones forced me to open my eyes suddenly, everything was red to gray, something limited my neck, so I walked around my surroundings with my eyes, lay involuntarily inert horizontally , lying in what appeared to be an advanced operating room bed, could barely fit in the room two by three meters that housed it, a small window or slit to the right near the not very high ceiling, partially illuminated those rare flickering machines , full of colored spotlights, they were connected to my body with hoses, tubes and cables, rigid metals were born in different parts of my body immobilizing it, surprisingly there was dizziness instead of pain, sedatives flooding my blood were more than evident, sure I had taken the same in some rave in the past, the effect was familiar to me. All so bleak and desperate, I decided to interrupt that forced isolation by tearing out every strange object that germinated from my body to try to run out of seclusion, loud alarms sprouted from the machines around me next to the blood and fluids spurting from my body , splashing the tense atmosphere of red, which at first impression of my understanding and thanks to having grown up looking at Hollywood and nickelodeon, I could have sworn that it was an apparent extraterrestrial abduction. Amid the confusion, a light illuminated the gloom between fluids of all colors coming from my body in all directions, a door had opened at the bottom, in front of the tiny room, to reveal a young face surprised by the slit, no He seemed to have more than twenty years, much less answer, his flat puzzled mouth reached his chest, the astonished admirer of the disaster, literally could not pronounce a single word, he was dumbfounded, the silence of his expression, led me to break the ice shouting questions to try to get answers about my condition, which became increasingly evident with the sum of the new clarity originated by the open door, which along with my questions was saturated with stunned young men in white coats, one forming after the other with a face of terror behind the door, who chanted at my despair not being able and not being authorized to exchange word with me, doing each moment even more unintelligible The firm and young girl who contrasted her white coat wearing a pearl jam shirt under her, possessing the iciest hands, took the initiative approaching the dramatic moment, sitting without thinking about the damp base of the blatant Bed bathed in that organic carmine that seemed to sprout from all my pores, touched with my icy hands my right knee free of screws and hoses, decided that a caress in it would be the best way to calm my excessive anxiety. -You are in good hands and everything will be fine, the person who is going to talk to you is on the way. He got a pause between the screams and uncertainty, his thin fingers of white ice had managed to cool me, I managed to read in his immaculate robe a legend embroidered that referred to a city located one thousand three hundred kilometers from home, which caused in my being even more questions, which were not to be answered, until that serene man with dark hair made his way through the teenage crowd with a folder in the hands, which presumed to be some kind of medical protocol, which instead of calming my doubts caused even more. -My name is Joaquín Rentería and yours is Máximo Santana -I know my name, bastard, what is happening here ?, Where am I? He replied that it was a positive start that he knew my own name, while writing down every word in his folder, he insisted that I calm down and explained the functions of each noisy device in the room around me, and then ask me for peace, since they would have to connecting to all of them again, in his words, my life depended on it and it was a priority to reinstall them. I remained silent and asked about my wife, I just wanted to feel her breath, touch her hands and smell the hair that grew behind her ears, I wanted to calm my fear with her presence, Joaquin evaded every question and requirement to continue with her weird and inhuman psychological protocol. My body was being artificially fed by the blue spotlights machine, more than forty screws or external fixators, they kept a large part of my limb bones in their place and shape, my blood was being oxygenated and processed with that device that did not leave To make noise next to my head, according to his explanation, much of my wounds had been exposed to a rare type of contamination and for some confusing medical reason, I needed the contraption to avoid complicating infections. Being cleaned at the same time by a fearful team of medical apprentices and nurses, I discovered that I didn't have a single wound on the body, but instead hundreds of new scars all over the place, trying to assimilate it brought me back to madness, no Without first understanding that this was not the limit, I had finally traveled in time without waiting for it. He had been in a coma for ninety-three days, just over three months, he was somehow hospitalized in Mexico City, he still had a fresh memory of the romantic Caribbean holiday at the end of the year, and today the unfair calendar proclaimed mid April, it was total nonsense. So many doubts saturated my head, broken teeth inside my mouth began to lacerate my tongue and cheeks at every painful word I said, my attention was on a red dot of blood splatter on the wall, I felt dizzy and remained silent, that it was being in shock, my skin bristled until the emotional collapse, my damaged reason went to sleep again, all in black again. I had another unexpected flash trip in the time machine, to go two days ahead in the future, this time I was dreaming of caressing me all the time, I was hoping to see her when she woke up, I had already understood the difference between daydreaming and the odds in the life of doing what one wants without limitations, so the wonderful capacities of dreams were already incompatible with my casual understanding. I never woke up so fresh, the infinite possibilities somehow calmed my cravings, my spirit was now immersed in immensity, I felt pain like never before, my old parents slept in the room, resting their gray hair on the white bed, apparently they had not moved from their place in hours, a part of their torment ended when they heard me ironic among their dreams: - Who died or why those faces? They woke up to reveal emotions and attitudes that I did not know about them, that old white oak, until that unalterable day, did not stop crying and caressing my left arm taking care not to touch the screws that derived from my bones, he asked three times in a row, how are you ?, I didn't even know how he was, so he didn't get his answer, on the other side of the bed my mother was gone, disappeared from the blurry sight, lay on the floor victim of his fast heart and slow circulation, always suffered of fainting as I remembered, it was so normal to see her on the floor like that, I had provoked that state in her a hundred times with my bad attitude as a teenager, if I had been a bad son after all. Ten doctors attended to the woman on the floor but did not take my eyes off her, it seemed that they had seen a ghost, apparently they had not seen anyone return from that kind of death with such freshness. Where is she? I shouted annoyed, Why is she not here? Her absence didn't fit in my mind, we had sworn eternal love relative days ago in the new year, how long would her eternity last? I felt Abandoned and deceived, my still inflamed brain shouted nonsense without shutting up for a second, I was not able to assimilate my own emotions. -Then we talk, you have to calm down now, my mother said, force me for days to learn to breathe and be calm despite the pain -Where is she ?, Why is she not here with me ?, I asked calm and serene days then, screaming in my eyes directly in the eyes of my mother waiting for a coherent answer -After we talk, you have to calm down now-, there began to hate frustration and resentment, I forced the jaw of courage so much that I broke another of my teeth, What the fuck was going on, why the hypocrisy? Why didn't she come to see me? What was more important for her? What day was it today? What does that new machine they just connected to me do? body? ... I did not receive the answers that I demanded, so I planned revenge and accumulated hate in silence during the next months, I did not speak a word with anyone who did not wear a white coat and presented as a psychiatrist, did not know day or night I dreamed it d I was awake, I felt my hair grow millimeter by millimeter, I took painful shower baths on a rusty wheelchair, I refused to be cleaned with a sponge and towels on my bed, I couldn't lose more dignity, and I wanted to keep what I still had , I did not intend to socialize with others, I devoured dozens of chemistry books, with the passing of the discrete months, the savage trainees, began to extract the screws and metal fasteners of my body by blocks every week, without anesthesia and with unworthy tools From an apprentice mechanic, the acute pain was so normal, that every blow or turn of the instruments only made me raise my eyebrows and generate new reflexes, humiliating rehabilitations in silence almost put me on my feet again. Sometimes, I escaped from my seclusion when I returned from the therapies, to meet with the hospital director, wearing that dishonorable blue robe, "The mother", as many employees called her behind her, was not able to understand how she was mocking to the hospital's security to get to his office, he admired my ingenuity and I his unlimited access, we became good friends, he got me better drugs and I listened to his boring marital problems four times a week, sometimes we went up to the roof of the hospital to sunbathing, scheduled each of my surgeries as urgent, in the last of them the elevator of the basement chirograph gave way and I had to spend the night down there, they said it was a product of anesthesia, but I never talked to more pleasant people like The ones I met there, according to the doctors, there was no one with me, I didn't care, one of his supposed ghosts even answered some of my questions. Who knows which day, my father arrived, flagging a serene smile to my cubicle in the hospital, carrying a backpack and my black leather jacket in his arms, "let's go," he said. Once outside, right at the door of the hospital, Airbnb, Uber, my credit card and the mobile phone that the hospital director had got me in secret, they gave me back my independence, I didn't want to be hypocritical and rude to my old men, just I wanted a single answer that had been denied me more than half a year and I was ready to go to get it. Where was she? I didn't answer my messages or calls, her number had been suspended, my passport was at home in the Caribbean and no I could go looking for her, except in my condition, I was alone and invalid in the largest and wildest city in the world. There was no trace in social media, his brothers only read my messages. What had he done wrong? That fucking day, drunk on the wheelchair in that dirty cantina of the San Rafael neighborhood, staring at his favorite mezcal set against the counter bar, as if illuminated, I remembered one by one, every moment of the accident, I wasn't going alone on the motorcycle that day in January, we waited together for the green light of the traffic light on a lonely road in Quintana Roo, Mexico during the night, we talked with the occupants of the car together who also waited for the follow, they praised the multicolored helmet of my passing away, I, his well-groomed gray impala, model ´64, we all perceive a light approaching quickly from behind, nobody moved, since the traffic light was red and theoretically that would keep us safe, ironically that color was the last one I saw before the impact and upon waking, the imminent impact fractured my skull even with the helmet on, sent me at that moment to that beautiful place, without color, noise or physical body. She died in a hospital in her country minutes before I returned from the coma, her family moved her somehow in her terrible conditions, my nineteen fractures were nothing compared to her minor injuries, to recover she could not walk again and surely she He worried too much who was going to take care of our fucking plants and flowers on the stairs, he went through months of intense and inevitable pain before giving up, nor did she know that he was already two months pregnant until the day of the accident, an abortion was obviously inevitable , he kept asking his family guard in regrets if he had returned, before leaving this plane, he assured the assistants to his departure that he would make me return when he left, never failed to make a single promise. His older sister couldn't do it anymore with my insistence and spit on me every painful detail, charging me with guilt on purpose when feeling provoked and filling me with real pain, what I had already gone through in the hospital was absolutely nothing. Now the people I meet on my way believe that he has the freedom to tell me his tragic anecdotes, his problems, when my obvious external injuries remind them of their difficult days, I listen only for respect, but the truth is that they all are and will be only nonsense. You can not live pleasantly if there is no one to thank, who would expect life from me, when neither death prefers me.

By Charlie Vital

From: Mexico

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